Se decía que había fastuosos tesoros escondidos en la Sierra Minera de la actual Cartagena-La Unión.
Aquel supuesto tesoro debió de captar la atención de un pueblo. El íbero...Descendían de los pueblos neolíticos que se asentaron en la costa mediterránea. Su economía se basaba en la agricultura, en la ganadería y en la explotación minera.
Su cultura tenía claras influencias fenicias y griegas. Redactaban sus documentos sobre unas delgadas planchas de plomo. Su idioma parecía ser una mezcla entre el vascuence y el bereber.
Utilizaban el alfabeto fenicio. Aprendieron a usar las monedas.
Pesaban las cosas. Las medían. Pero aún usaban el trueque como forma de comercio.
Aprendieron la técnica del salazón para conservar el pescado.
Por ello, valía la pena bajar hasta lo más profundo de la tierra.
No les importaba.
Se extraía el mineral en las galerías del Cabezo. Se sacaba en capazos hechos con esparto.
La fundición del mineral se hacía en concavidades hemisféricas que terminaban en una poza. Esto se hacía para la obtención de plomo y plata. Los hornos tenían forma de cuba. Las pozas eran excavadas en laderas de pizarra arcillosa.
Blog dedicado a la ciudad de La Unión. Historias, imágenes, personajes, sentimientos... ¡Bienvenidos a La Unión! El blog oficial de mi saga de novelas de La Unión, mi ciudad.
jueves, 31 de julio de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
DIODORO SOBRE ILURO
Al principio, cualquier particular, aunque no fuera un experto minero, se entregaba a la explotación de las minas y obtenía cuantiosas riquezas debido a la excelente predisposición y abundancia argentífera.
martes, 29 de julio de 2014
BERNARDINO ROLANDI SOBRE ILURO
Entre los poblados que los íberos mastienos levantaron entorno a Mastia (Cartagena), se sabe de uno, Iluro, cerca del Cabezo "Rajao", dedicado a la minería.
lunes, 28 de julio de 2014
FRAGMENTO DE "Y LA VIDA, MIENTRAS, VA PASANDO"
Hola a todos.
Hoy, os dejo con un nuevo fragmento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
Cristina se está preparando para emprender su viaje a Murcia.
¡Vamos a ver lo que pasa!
Cristina empezó a preparar las maletas el primer día del mes de septiembre.
Era cierto que partiría hacia Murcia en dos semanas. Tenía mucha ropa que meter en sus maletas. Su madre viajaría con ella a la capital. Todo esto lo pensaba Cristina mientras doblaba una falda y la introducía dentro de su maleta.
Al día siguiente, la habitación de Cristina estaba hecha un desastre. Había numerosos vestidos tirados por el suelo. Cuando la vizcondesa entró en la habitación de su hija, la encontró atareada preparando las maletas. Ya había hecho dos maletas.
-Cristina...-la llamó.
-¡Oh, madre!-exclamó la joven, cuando se percató de que no estaba sola en la habitación-¡Qué contenta estoy! No me puedo creer que falten dos semanas para que nos vayamos a Murcia. ¡Estoy muy nerviosa!
Sacó un corpiño del interior de un arcón que estaba abierto. Cristina tarareaba una canción mientras doblaba el corpiño.
-Me gustaría decirte una cosa-atacó la vizcondesa.
-¿De qué se trata, madre?-inquirió Cristina-¿Cree usted que esta ropa no es bonita? Puede comprarme más vestidos cuando lleguemos a Murcia. Hay buenas modistas allí. ¿Verdad?
La vizcondesa sintió un rapto de compasión hacia su hija mayor. Cristina estaba realmente ilusionada con la idea de ser presentada en sociedad.
-No se trata de eso-contestó la dama-Tu padre quiere que bajes dentro de un rato. Tiene una cosa importante que decirme.
Cristina juntó las manos. Parecía que el día iba a mejorar. Posiblemente, su padre no pensaba llevarla a Murcia. ¡A lo mejor, la enviaba directamente a Madrid! Dio vueltas sobre sí misma, en un arrebato de alegría.
-¡Madre!-trinó Cristina.
-No sabes de lo que tu padre quiere hablar-le recordó la vizcondesa.
-Pero me imagino de qué se trata. ¡Iremos a Madrid! ¿Vendrá usted conmigo?
-No se trata de Madrid. Ni tampoco se trata de Murcia. Cuando puedas, baja a hablar con tu padre. Te está esperando en su despacho.
Hoy, os dejo con un nuevo fragmento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
Cristina se está preparando para emprender su viaje a Murcia.
¡Vamos a ver lo que pasa!
Cristina empezó a preparar las maletas el primer día del mes de septiembre.
Era cierto que partiría hacia Murcia en dos semanas. Tenía mucha ropa que meter en sus maletas. Su madre viajaría con ella a la capital. Todo esto lo pensaba Cristina mientras doblaba una falda y la introducía dentro de su maleta.
Al día siguiente, la habitación de Cristina estaba hecha un desastre. Había numerosos vestidos tirados por el suelo. Cuando la vizcondesa entró en la habitación de su hija, la encontró atareada preparando las maletas. Ya había hecho dos maletas.
-Cristina...-la llamó.
-¡Oh, madre!-exclamó la joven, cuando se percató de que no estaba sola en la habitación-¡Qué contenta estoy! No me puedo creer que falten dos semanas para que nos vayamos a Murcia. ¡Estoy muy nerviosa!
Sacó un corpiño del interior de un arcón que estaba abierto. Cristina tarareaba una canción mientras doblaba el corpiño.
-Me gustaría decirte una cosa-atacó la vizcondesa.
-¿De qué se trata, madre?-inquirió Cristina-¿Cree usted que esta ropa no es bonita? Puede comprarme más vestidos cuando lleguemos a Murcia. Hay buenas modistas allí. ¿Verdad?
La vizcondesa sintió un rapto de compasión hacia su hija mayor. Cristina estaba realmente ilusionada con la idea de ser presentada en sociedad.
-No se trata de eso-contestó la dama-Tu padre quiere que bajes dentro de un rato. Tiene una cosa importante que decirme.
Cristina juntó las manos. Parecía que el día iba a mejorar. Posiblemente, su padre no pensaba llevarla a Murcia. ¡A lo mejor, la enviaba directamente a Madrid! Dio vueltas sobre sí misma, en un arrebato de alegría.
-¡Madre!-trinó Cristina.
-No sabes de lo que tu padre quiere hablar-le recordó la vizcondesa.
-Pero me imagino de qué se trata. ¡Iremos a Madrid! ¿Vendrá usted conmigo?
-No se trata de Madrid. Ni tampoco se trata de Murcia. Cuando puedas, baja a hablar con tu padre. Te está esperando en su despacho.
domingo, 27 de julio de 2014
FRAGMENTO DE "Y LA VIDA, MIENTRAS, VA PASANDO"
Hola a todos.
Hoy, os dejo con un breve fragmento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
Espero que os guste.
-Quédese quieta, señorita-le ordenó el pintor a Teresa.
-¡Me duele la espalda de no moverme!-protestó la chica.
El pintor lo había contratado el vizconde.
Iba a pintarle un retrato a Teresa. La joven no estaba acostumbrada a posar.
Estaba de pie junto al aparador. La chimenea del salón estaba encendida.
-Míreme a mí, señorita-le instó el pintor-No piense que hay más gente en el salón.
-Ya le miro-replicó Teresa.
No le gustaba posar. No le gustaba haberse quedado a solas en el salón con aquel hombre que era un completo desconocido para ella. Tan sólo había una criada que les estaba vigilando. Teresa, en el fondo, lo agradecía. Pero saber que un desconocido estaba pintando un retrato suyo no le gustaba. Le hacía sentirse incómoda.
El vestido que llevaba puesto era de color blanco.
Aquel vestido le confería un aire angelical. Teresa sentía que debía de salir corriendo de aquel lugar. De su casa...
Pero decidió mantenerse erguida. Mirando al pintor a la cara. Y tratando de pensar en otra cosa.
Huir del mundo, pensó Teresa.
Hoy, os dejo con un breve fragmento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
Espero que os guste.
-Quédese quieta, señorita-le ordenó el pintor a Teresa.
-¡Me duele la espalda de no moverme!-protestó la chica.
El pintor lo había contratado el vizconde.
Iba a pintarle un retrato a Teresa. La joven no estaba acostumbrada a posar.
Estaba de pie junto al aparador. La chimenea del salón estaba encendida.
-Míreme a mí, señorita-le instó el pintor-No piense que hay más gente en el salón.
-Ya le miro-replicó Teresa.
No le gustaba posar. No le gustaba haberse quedado a solas en el salón con aquel hombre que era un completo desconocido para ella. Tan sólo había una criada que les estaba vigilando. Teresa, en el fondo, lo agradecía. Pero saber que un desconocido estaba pintando un retrato suyo no le gustaba. Le hacía sentirse incómoda.
El vestido que llevaba puesto era de color blanco.
Aquel vestido le confería un aire angelical. Teresa sentía que debía de salir corriendo de aquel lugar. De su casa...
Pero decidió mantenerse erguida. Mirando al pintor a la cara. Y tratando de pensar en otra cosa.
Huir del mundo, pensó Teresa.
sábado, 26 de julio de 2014
FRAGMENTO DE "Y LA VIDA, MIENTRAS, VA PASANDO"
Hola a todos.
Hoy, os dejo con un nuevo fragmento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
En esta ocasión, el fragmento está centrado en las hijas del vizconde de La Torre, Cristina y Teresa.
¡Vamos a ver lo que pasa!
Encontrar a Teresa llorando acostada en su cama era algo que Cristina no esperaba ver. La joven llevaba todo el día comportándose de un modo extraño. Cristina decidió ir a ver lo que le ocurría a su hermana menor.
Se sentó a su lado en la cama. Teresa, al percatarse de la presencia de su hermana, se abrazó a ella. Había escuchado algo espantoso aquella misma mañana. ¡Y la pobre Cristina no sabía nada! Teresa estaba asustada. Los sueños de Cristina estaban a punto de desmoronarse. Debía de ponerla sobre aviso.
-¡Padre te ha buscado un marido, Cris!-le explicó-Le he escuchado esta mañana hablando con el conde de Mora. Estaban hablando de ti. Quieren casarte.
-El conde de Mora es mucho más mayor que padre-le recordó Cristina-Además, él ya está casado y tiene dos hijos.
-Pero sus hijos están solteros. El conde de Mora dice que tú podrías ser una excelente condesa. Hablaron de tus numerosas virtudes. Quieren casarte con uno de los hijos del conde.
-No creo que padre quiera casarme todavía.
-Ten mucho cuidado, Cris.
Su hermana mayor decidió no darle importancia a aquella advertencia. Pensó que Teresa había escuchado mal. Cristina todavía no había viajado a Murcia para su puesta de largo. Y, después de viajar a Murcia, tendría que viajar a Madrid. ¡Podría entrar a formar parte de la Corte! Su padre lo sabía.
-Falta mucho tiempo para que me case-le recordó a Teresa.
-No somos dueñas de nuestras vidas-suspiró su hermana con tristeza.
Cristina trató de pensar que Teresa había escuchado mal.
-En unas semanas, me marcharé a Murcia-le recordó a Teresa.
-Padre intentará comprometerte antes de que te vayas-le advirtió su hermana.
-Has escuchado mal-Cristina le cogió las manos a Teresa-Padre no intentará casarme hasta dentro de un año. Puede que pasen dos años hasta que se acuerde de que me tiene que buscar un marido. Para entonces, yo estaré en Madrid. Quiero entrar en la Corte, Tere. Puede que me case con algún Infante. O con el hijo de algún Ministro...O con algún Ministro...No lo sé.
Teresa reprimió un sollozo. Cristina tenía demasiados sueños. Eso era malo. Los sueños podían truncarse.
-Te voy a echar mucho de menos, Tere-le aseguró Cristina.
Hoy, os dejo con un nuevo fragmento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
En esta ocasión, el fragmento está centrado en las hijas del vizconde de La Torre, Cristina y Teresa.
¡Vamos a ver lo que pasa!
Encontrar a Teresa llorando acostada en su cama era algo que Cristina no esperaba ver. La joven llevaba todo el día comportándose de un modo extraño. Cristina decidió ir a ver lo que le ocurría a su hermana menor.
Se sentó a su lado en la cama. Teresa, al percatarse de la presencia de su hermana, se abrazó a ella. Había escuchado algo espantoso aquella misma mañana. ¡Y la pobre Cristina no sabía nada! Teresa estaba asustada. Los sueños de Cristina estaban a punto de desmoronarse. Debía de ponerla sobre aviso.
-¡Padre te ha buscado un marido, Cris!-le explicó-Le he escuchado esta mañana hablando con el conde de Mora. Estaban hablando de ti. Quieren casarte.
-El conde de Mora es mucho más mayor que padre-le recordó Cristina-Además, él ya está casado y tiene dos hijos.
-Pero sus hijos están solteros. El conde de Mora dice que tú podrías ser una excelente condesa. Hablaron de tus numerosas virtudes. Quieren casarte con uno de los hijos del conde.
-No creo que padre quiera casarme todavía.
-Ten mucho cuidado, Cris.
Su hermana mayor decidió no darle importancia a aquella advertencia. Pensó que Teresa había escuchado mal. Cristina todavía no había viajado a Murcia para su puesta de largo. Y, después de viajar a Murcia, tendría que viajar a Madrid. ¡Podría entrar a formar parte de la Corte! Su padre lo sabía.
-Falta mucho tiempo para que me case-le recordó a Teresa.
-No somos dueñas de nuestras vidas-suspiró su hermana con tristeza.
Cristina trató de pensar que Teresa había escuchado mal.
-En unas semanas, me marcharé a Murcia-le recordó a Teresa.
-Padre intentará comprometerte antes de que te vayas-le advirtió su hermana.
-Has escuchado mal-Cristina le cogió las manos a Teresa-Padre no intentará casarme hasta dentro de un año. Puede que pasen dos años hasta que se acuerde de que me tiene que buscar un marido. Para entonces, yo estaré en Madrid. Quiero entrar en la Corte, Tere. Puede que me case con algún Infante. O con el hijo de algún Ministro...O con algún Ministro...No lo sé.
Teresa reprimió un sollozo. Cristina tenía demasiados sueños. Eso era malo. Los sueños podían truncarse.
-Te voy a echar mucho de menos, Tere-le aseguró Cristina.
viernes, 25 de julio de 2014
FRAGMENTO DE UNA DE MIS NOVELAS
Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros uno de los fragmentos de una de mis novelas que tienen como protagonista a Roberto Colina y Yáñez, conde de Mora.
La chimenea del salón estaba encendida. Pero el rostro de Beatriz estaba rojo de ira. A pesar de que era menor que Roberto algunos años, en aquel momento, tuvo la sensación de ser más madura que él. Roberto se ha vuelto loco, pensó la joven sin dejar de pasearse de un lado a otro del salón. Tenía qeu haberse vuelto loco como para haber cometido semejante locura. ¡Casarse con una criada!
Roberto permanecía sentado en el sofá.
-¡Dime algo!-le increpó Beatriz.
-¿Y qué quieres que te diga?-le preguntó Roberto.
-Dime el porqué te has casado con esa cualquiera.
-Paula no es ninguna cualquiera. Desde hoy, va a ser la nueva condesa de Mora. Será mejor que te vayas haciendo a la idea.
-¿No te das cuenta de que esa mujer se ha casado contigo sólo por tus tierras, por tus dineros y por tu título?
Roberto quería pensar que su hermana estaba equivocada. Deseaba creer otra cosa. Necesitaba pensar que Paula le amaba por su persona.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros uno de los fragmentos de una de mis novelas que tienen como protagonista a Roberto Colina y Yáñez, conde de Mora.
La chimenea del salón estaba encendida. Pero el rostro de Beatriz estaba rojo de ira. A pesar de que era menor que Roberto algunos años, en aquel momento, tuvo la sensación de ser más madura que él. Roberto se ha vuelto loco, pensó la joven sin dejar de pasearse de un lado a otro del salón. Tenía qeu haberse vuelto loco como para haber cometido semejante locura. ¡Casarse con una criada!
Roberto permanecía sentado en el sofá.
-¡Dime algo!-le increpó Beatriz.
-¿Y qué quieres que te diga?-le preguntó Roberto.
-Dime el porqué te has casado con esa cualquiera.
-Paula no es ninguna cualquiera. Desde hoy, va a ser la nueva condesa de Mora. Será mejor que te vayas haciendo a la idea.
-¿No te das cuenta de que esa mujer se ha casado contigo sólo por tus tierras, por tus dineros y por tu título?
Roberto quería pensar que su hermana estaba equivocada. Deseaba creer otra cosa. Necesitaba pensar que Paula le amaba por su persona.
domingo, 20 de julio de 2014
ARGUMENTO DE "UN GIRO INESPERADO"
Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros el argumento de una de mis novelas que tiene como protagonista a Roberto Colina y Yáñez, conde de Mora.
El caso que nos ocupa transcurre en Cartagena durante la década de 1840, cuando empieza a estar en auge la minería en lo que vendría a ser la zona de las pedanías de la ciudad.
El argumento es éste:
Tras la muerte de su esposa Paula, Roberto es presionado por sus hermanas y por sus primas para que busque una nueva esposa y engendre un heredero.
Sara Fernández es una joven de buena familia cuyo padre ha hecho una fortuna invirtiendo en la minería. Por culpa de un amor que lo único que ha hecho ha sido hacerle falsas promesas sin querer comprometerse con ella, Sara permanece todavía soltera, a la espera de que decida pedirle en matrimonio.
Pilar, la mejor amiga de Sara, es escogida por la familia de Roberto para que se case con él. Pero Pilar está desesperadamente enamorada de otro hombre y el matrimonio es un completo fracaso. Intentando ayudar a su amiga, Sara conoce a Roberto y entre los dos nace una corriente de simpatía que acabará derivando en algo más profundo.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros el argumento de una de mis novelas que tiene como protagonista a Roberto Colina y Yáñez, conde de Mora.
El caso que nos ocupa transcurre en Cartagena durante la década de 1840, cuando empieza a estar en auge la minería en lo que vendría a ser la zona de las pedanías de la ciudad.
El argumento es éste:
Tras la muerte de su esposa Paula, Roberto es presionado por sus hermanas y por sus primas para que busque una nueva esposa y engendre un heredero.
Sara Fernández es una joven de buena familia cuyo padre ha hecho una fortuna invirtiendo en la minería. Por culpa de un amor que lo único que ha hecho ha sido hacerle falsas promesas sin querer comprometerse con ella, Sara permanece todavía soltera, a la espera de que decida pedirle en matrimonio.
Pilar, la mejor amiga de Sara, es escogida por la familia de Roberto para que se case con él. Pero Pilar está desesperadamente enamorada de otro hombre y el matrimonio es un completo fracaso. Intentando ayudar a su amiga, Sara conoce a Roberto y entre los dos nace una corriente de simpatía que acabará derivando en algo más profundo.
sábado, 19 de julio de 2014
ARGUMENTO DE "Y LA VIDA, MIENTRAS, VA PASANDO"
Hola a todos.
Hoy, me gustaría subir aquí el argumento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
Esta historia ha sufrido diversos cambios y el argumento ha variado mucho, pero el personaje de Roberto Colina y Yáñez ocupa un lugar destacado en esta historia.
No puedo desvelar mucho más, pero sí puedo contaros que la acción transcurre en Cartagena entre 1797 y 1808.
Don Sebastián Colina y Yáñez es el heredero de los condes de Mora, una de las familias más ricas de la comarca del Campo de Cartagena. Sebastián tiene más de treinta años y parece vivir más preocupado de divertirse que de sentar cabeza.
Cruz Expósito ha crecido en un convento después de haber sido abandonada al nacer. Las monjas deciden que es hora de que se enfrente al mundo exterior al ver que carece por completo de vocación religiosa. Le consiguen un trabajo como institutriz de un matrimonio vecino de los Colina y Yáñez. Este hecho hace que Cruz y Sebastián se conozcan y ambos se enamoren perdidamente. Sebastián siente que es capaz de enfrentarse al mundo por amor a Cruz, con la que está dispuesto a casarse le pese a quien le pese.
Pero se encuentra con dos obstáculos. Por un lado, los condes se oponen a esta relación al considerar a Cruz indigna de ser su nuera y le buscan una esposa que ellos consideran que es ideal. Se trata de Cristina, la joven y soñadora hija de los vizcondes de La Torre, que tiene en mente otros planes. Por otro lado, está la propia Cruz, quien piensa que Sebastián podría destrozar su vida si se casa con ella.
Sí, es la misma tópica y típica historia de la institutriz y del noble. Pero hay muchos cambios en esta historia y espero sorprenderos cuando vea la luz.
Hoy, me gustaría subir aquí el argumento de mi novela Y la vida, mientras, va pasando.
Esta historia ha sufrido diversos cambios y el argumento ha variado mucho, pero el personaje de Roberto Colina y Yáñez ocupa un lugar destacado en esta historia.
No puedo desvelar mucho más, pero sí puedo contaros que la acción transcurre en Cartagena entre 1797 y 1808.
Don Sebastián Colina y Yáñez es el heredero de los condes de Mora, una de las familias más ricas de la comarca del Campo de Cartagena. Sebastián tiene más de treinta años y parece vivir más preocupado de divertirse que de sentar cabeza.
Cruz Expósito ha crecido en un convento después de haber sido abandonada al nacer. Las monjas deciden que es hora de que se enfrente al mundo exterior al ver que carece por completo de vocación religiosa. Le consiguen un trabajo como institutriz de un matrimonio vecino de los Colina y Yáñez. Este hecho hace que Cruz y Sebastián se conozcan y ambos se enamoren perdidamente. Sebastián siente que es capaz de enfrentarse al mundo por amor a Cruz, con la que está dispuesto a casarse le pese a quien le pese.
Pero se encuentra con dos obstáculos. Por un lado, los condes se oponen a esta relación al considerar a Cruz indigna de ser su nuera y le buscan una esposa que ellos consideran que es ideal. Se trata de Cristina, la joven y soñadora hija de los vizcondes de La Torre, que tiene en mente otros planes. Por otro lado, está la propia Cruz, quien piensa que Sebastián podría destrozar su vida si se casa con ella.
Sí, es la misma tópica y típica historia de la institutriz y del noble. Pero hay muchos cambios en esta historia y espero sorprenderos cuando vea la luz.
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