miércoles, 30 de diciembre de 2015

UNA FOTO DEL CABEZO RAJAO

Hola a todos.
Navegando por Internet, he encontrado esta foto.
Pertenece al emblemático Cabezo Rajao, que se encuentra saliendo de La Unión.
Este Cabezo es muy importante para los unionenses. Quedan restos en él de las minas que hubo allí y que hablan de la antigua época de esplendor que hubo en la ciudad. Quedan las casas donde los mineros habitaron allí con sus respectivas familias.
A sus pies, los fenicios fundaron el primer asentamiento que dio origen a nuestra ciudad, Iluro.
Se puede decir que La Unión nació a los pies del Cabezo Rajao.

martes, 29 de diciembre de 2015

UNA FOTO DE LA CUEVA VICTORIA

Hola a todos.
Aquí os traigo una foto que he encontrado mientras navegaba por Internet.
Pertenece a la Cueva Victoria.
Esta histórica cueva se encuentra en la Diputación cartagenera de El Beal.
Además de haber sido explotada por los mineros que transformaron el paisaje de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, también contiene los restos antiguos que se han encontrado de humanos, pertenecientes al homo habilis.
Antiguo lugar donde los animales carroñeros traían la carroña para comérsela, la historia de los restos encontrados en la Cueva Victoria me sirvió de inspiración para mi relato A través del tiempo y del espacio. 

lunes, 28 de diciembre de 2015

BALSAS DE FLOTACIÓN

Hola a todos.
Hoy, me gustaría hablaros de la balsa de flotación.
En algunos casos, las balsas donde se depositaban antes los estériles que salían de las minas llevan 30 años inactivas. Pero permanecen estables y no hay, por lo visto, riesgo de que se produzcan desprendimientos, a pesar de que han caído buenas trombas de agua en estos años.
Tienen buenas cantidades de metales, tales como el zinc y el plomo.
Si sopla el viento, el aspirar estos metales puede llegar a provocar problemas en el pulmón y problemas también en los bronquios.
Tenemos la balsa Jenny, que se encuentra en el Llano del Beal.
Otra balsa, llamada Paz, fue retirada por la empresa Portman Golf. 

domingo, 27 de diciembre de 2015

MÁS PUNTOS DE INTERÉS DE LA SIERRA MINERA

Hola a todos.
Aquí os traigo más puntos de interés que tienen que ver con la Sierra Minera de Cartagena-La Unión.
Son los siguientes:
-Una ventana tectónica que se encuentra en el Collado de Atamaría.
-Una surgencia de aguas procedentes de varias minas que aparece en la rambla de La Crisoleja.
-El filón de La Raja en el emblemático Cabezo Rajao.

sábado, 26 de diciembre de 2015

PUNTOS DE INTERÉS DE LA SIERRA MINERA

Hola a todos.
Navegando por Internet, me he topado con este inventario que habla de los lugares que, por su rareza geológica, su valor didáctico o su importancia son fundamentales para conocer la minería y la geología de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión.
Son los siguientes:
-Montera de hierro de La Crisoleja, en la parte central de la sierra entre La Unión y la pedanía de Portman.
-Un domo volcánico cerca de La Crisoleja. 
-Un cuello volcánico en el collado de la Cuesta de las Lajas.
-Unas brechas hidrotermales con mineralización de estaño situadas en la subida de La Cuesta de las Lajas.
-Una ventana tectónica en la Cala del Caballo, que está en la parte oeste de Portman.
-El Cabezo de San Ginés de la Jara.
-Una ventana tectónica que también se encuentra en la Cala del Caballo.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

ALGUNOS DATOS DE PÍO WANDOSELL

Hola a todos.
Mientras navegaba por Internet, he encontrado estos datos sobre uno de los personajes más célebres de La Unión.
Se trata del insigne Pío Wandosell.
Aquí os traigo la lista de unas minas que tenía en propiedad o arrendadas en La Unión.
En realidad, la lista es bastante más extensa. Yo os traigo unas pocas.

1-La Mina Carmen la había arrendado la sociedad Wandosell y Toledano. Esta mina se encontraba en Roche.
2-La Mina Verdad era partidaria del Pozo Ventura. Esta mina se encontraba en La Unión.
3-La sociedad Carthago-Nova tenía arrendadas varias minas en la falda del Cabezo Rajao. Estas minas eran La Patria, La Florita y San Leandro. Creo que había más minas.
4-La sociedad Los Amigos tenía arrendada la Mina Neptuno. Esta mina se enocntraba en Portman.

sábado, 19 de diciembre de 2015

CASERÍOS DEL HONDÓN

Hola a todos.
Navegando por Internet, he encontrado los nombres de los caseríos que formaban parte de la Diputación de Hondón.
Dicho lugar forma parte de Cartagena.
Son varios los caseríos y los parajes que forman parte de El Hondón.
Como este blog merece cobrar vida, he decidido hacer una entrada con estos datos.
Hay que decir que estos datos son del año 1923. Aparecen en la Guía Oficial que realizó el que era cronista en aquel tiempo de Cartagena.
Pero siempre es bueno conocer datos sobre un lugar que está tan ligado al lugar en el que vives. Hubo un tiempo en el que Las Herrerías y El Garbanzal eran dos pedanías cartageneras. Y aún existe un lazo con la ciudad vecina.
Los caseríos y los parajes que forman parte de El Hondón son los siguientes:
-La Asomada.
-La Batería.
-Casas del Puntal.
-Casas de Roche.
-Casas del Zorra.
-Casas del Lazarillo.
-Casas de la Olivera.
-Cuba.
-Las Cañerías.
-Los Donates.
-Estación de Ferrocarril.
-Los Gitanos.
-Hacienda de Valcárcel.
-Hacienda del Pino.
-Hacienda de J. Martínez.
-Hacienda de Don Cirilo.
-Los Jorqueras.
-Media Legua.
-Los Miralles.
-Los Maestres.
-Molino del Puntal.
-Molino Volcado.
-El Máquina.
-Los Pajares.
-Los Paganes.
-El Seco.
-Los Tacones.

sábado, 5 de diciembre de 2015

SABÍAS QUÉ...

Hola a todos.
Se ha hablado largo y tendido acerca del boom de la minería que vivió La Unión ya antes de su fundación, cuando Roche, Portmán, Las Herrerías, El Garbanzal y sus caseríos eran cuatro pedanías de Cartagena.
Sin embargo, antes de que eso ocurriera, estas pedanías se dedicaban principalmente a la ganadería y a la agricultura. En el caso de Portmán, existía una importante actividad pesquera.
La minería era algo impensable en aquellos años.
Tener tu propio ganado, por pequeño que fuera, o una parcela para cultivar cualquier cosa te permitía sacar adelante a tu familia.
Estoy hablando del siglo XVI hasta principios del siglo XIX.

domingo, 16 de agosto de 2015

LA HORNACINA VACÍA

Hola a todos.
Me da mucha pena hacer esta entrada porque no he traído ninguna foto para ilustrarla.
Se me da mal hacer fotos, ya sea con la cámara o con el móvil.
Tan sólo puedo contaros esta historia. No es una historia inventada por mí.
En la Calle Alfonso X El Sabio, de mi ciudad, La Unión, hay una hornacina vacía. Está situada a escasos metros de donde se encuentra El Liceo Minero.
Cuando yo era pequeña, me fijaba mucho en esa hornacina. Había una pequeña talla en su interior. Pertenecía a una Virgen. Me han comentado que se trata de La Virgen de los Dolores. La dueña del edificio donde está dicha hornacina se llamaba Dolores y debía de ser devota de esa Virgen.
Sin embargo, un buen día, la talla desapareció. La dueña se marchó del edificio. Y tan sólo ha quedado esa hornacina que nos recuerda que hubo una Virgen allí. Una Virgen que hacía de protectora de la Calle. Sé de gente que, incluso, le ha rezado en mitad de la calle. Y que se ha santiguado a su paso.



El Antiguo Liceo Minero.

Está situado en la Calle Alfonso X El Sabio. Enfrente, hay un jardincillo en el que está un busto dedicado a la gran escritora y poetisa unionense María Cegarra. Mi admirado Andrés Cegarra, hermano mayor de María, dio clases en El Liceo, antes de caer enfermo.
Es la foto que he encontrado para ilustrar esta entrada.

lunes, 27 de julio de 2015

FOTO DE ISLA PLANA, EN CARTAGENA

Hola a todos.
Aquí os traigo una foto de Isla Plana, en Cartagena.
No me refiero a la localidad cartagenera, sino a la isla que hay en su litoral, que es pequeña y plana. Está considerada como una Reserva Natural y protegida como tal.
Os dejo con la foto.

sábado, 25 de julio de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Regreso a este blog con un nuevo fragmento de mi sección Historias de La Unión. 
En esta ocasión, viajamos a Murcia, en concreto, al año 1982. ¿Y eso qué tiene que ver con La Unión?
Tiene que ver porque vamos a ver una amiga de nuestra buena amiga Sofía, unionense, igual que ella. Se trata de Marián.
¡Vamos a ver lo que le ocurre!

                                         Apagó la radio.
            Estaba harta de oír hablar del mismo tema. En pocos días, comenzaría el Mundial de Fútbol. Tal evento tendría lugar en España.
            Marián se encogió de hombros.
            Estaba visto que algunas cosas nunca cambiaban. Todo esto lo pensó mientras se dirigía a la redacción del periódico en el que trabajaba. Tenía ya treinta y cinco años. Estaba soltera. No tenía hijos.
            Conducía un Renault de color rojo. Volvió a encender la radio. Vivía a bastante distancia de la redacción del periódico. A veces, la radio le hacía compañía. Buscó una emisora de radio que no hablara del Mundial. Al final, la encontró.
            Escuchó los acordes de Los rockeros van al Infierno, de Barón Rojo. El heavy metal no le gustaba mucho.
            Dicen que el fumar es pecado y es mortal/ y al Infierno me condena…
            Casi sin darse cuenta, Marián iba cantando la canción. Detuvo el coche a la altura del semáforo. Otro coche se detuvo a su lado. Era un seiscientos y lo conducía un hombre que parecía haberse quedado anclado en el pasado. Se quedó mirando a Marián con cara de horror. La radio sonaba muy fuerte. Murmuró algo acerca de los melenudos. El semáforo cambió a verde.
            Mi rollo es el rock.
            A veces, escuchar algo de música ponía de buen humor a Marián. Finalmente, llegó a la redacción del periódico en el que trabajaba. Apagó la radio.
            Aparcó el coche.
            Recogió su carpeta. Bajó del coche.
-Buenos días, señorita-la saludó el botones del edificio.
-Buenos días-le devolvió el saludo Marián.
            Tenía que admitir que le gustaba mucho su trabajo como redactora en la redacción que tenía El País en Murcia. Entró en el edificio esbozando la mejor de sus sonrisas.
                  Se dirigió a su mesa. La redacción era un hervidero. 
                  Le dio las gracias mentalmente a su amiga Sofía. Gracias a ella, había descubierto que su verdadera vocación era informar sobre lo que ocurría en el mundo. 
                   Le parecía lejana la época en la que pensó en ser monja. Había querido huir del mundo después de la salvajada que cometieron contra ella. Pero huir del mundo no servía de nada, como le había dicho la Madre Superiora. 
                   Le recordó que ella no había cometido pecado alguno. El que había pecado fue el canalla que la forzó. 
                   No tenía que esconderse si era inocente. Por ese motivo, Marián abandonó el convento. No quería vivir encerrada sabiendo que era inocente y sintiendo que estaba cometiendo una blasfemia. No tenía vocación religiosa. Ser monja sin haber sentido La Llamada era como cometer una herejía. 
                    Estaba muy contenta con la vida que llevaba. 

 

viernes, 24 de julio de 2015

ESCENA ELIMINADA DE "ISABEL"

Hola a todos.
Aquí os traigo una escena eliminada de una novela a la que tengo gran cariño por varios motivos. Fue de las primeras novelas que terminé. Me encariñé con la protagonista porque me veía reflejada en su manera de ser. Y porque transcurre en Cartagena. Más bien, transcurre en la isla de Escombreras.
Se llama Isabel. 
Esta escena es bastante subida de tono y no aparece en la novela.
Aún así, deseo compartirla con vosotros.
Deseo de corazón que os guste.

                                Daniel se había acostumbrado a colarse en la habitación de Isabel. Tanto don Jaime como Catalina como el resto de la servidumbre estaban profundamente dormidos. Nadie se daba cuenta de que aquel joven apasionado hacía el amor con Isabel.
                               Ella siempre lo esperaba despierta.
-No hagas mucho ruido-le pedía-No quiero que nadie se despierte y te encuentre aquí.
                              La manera que tenía Daniel de amarla era salvaje y, al mismo tiempo, estaba cargada de una dulzura infinita. Era Isabel quién desnudaba a Daniel. Una vez desnudo, el muchacho la despojaba de su camisón.
                             Los dos parecían estar poseídos por entes demoníacos. No parecían dos personas las que se amaban en aquella cama. Se revolcaban en un enredo de sábanas y mantas.
                             Isabel se olvidaba del pudor cuando estaba con Daniel.
-No está bien lo que hacemos-le decía-Está mal. Pero no podemos evitarlo.
-Cásate conmigo-le rogaba el chico-Isa, te amo. Hablaré con tu padre. Me quedaré aquí. Cuando entre en tu alcoba, se lo diré.
-¡No lo hagas!
-¿Por qué no quieres que lo haga?
-Necesito tiempo.
-¿Y si ya estás embarazada? Eso no lo sabes.
-Estoy menstruando.
-¡Oh!
                             Pero eso no detenía a Daniel cuando estrechaba entre sus brazos a Isabel.
                             Deslizaba las manos por la suavidad de aquella piel sedosa.
-Isabel...-le susurraba entre suspiros.
                             La besaba con la boca abierta y le introducía la lengua. No se cansaba de saborear aquella boca.
                              Daniel apartó su boca y cogió la mano de Isabel para besársela. Sus labios recorrieron el cuello de la muchacha. Lo mordieron suavemente.
                             Al mismo tiempo, se dedicó a frotar sus pezones usando los dedos pulgares.
                             Isabel sintió que iba a morir cuando Daniel comenzó a besarle los pechos. Los lamió suavemente, torturándola con su lengua. Se sintió mareada cuando empezó a besarla en el vientre. Y cuando sus labios se posaron sobre su sexo.
                           El miembro de Daniel invadió el interior de Isabel. Los dos comenzaron a moverse al mismo compás. Y, finalmente, todo estalló a su alrededor.
                           Los dos quedaron acostados en un enredo de sábanas y mantas. Daniel se quedaba despierto.
                          Tapó a Isabel con una manta y pasó toda la noche mirándola. Estar con ella era como estar en el Paraíso. Pero era algo prohibido para él.
-Soy un estúpido-le decía, aunque ella no podía escucharle-Pero, al mismo tiempo, estoy muy contento, Isa.
                          No podía olvidar que Isabel era la hija de un marqués.

sábado, 18 de julio de 2015

ISLAS DE LA REGIÓN DE MURCIA

Hola a todos.
En este blog, me gusta hablar de otros lugares, además de La Unión.
La costa murciana está llena de islas que vale la pena conocer porque forman parte de nuestro patrimonio.
Es nuestro deber conocerlas, admirarlas y recrearnos en su belleza. Pero, además de conocer su Historia y admirarlas, hemos de protegerlas.
Son cuatro las islas que quiero enseñaros, pero hay más.



La isla del Sujeto es una isla baja y de terreno llano que se encuentra en La Manga del Mar Menor, en su parte más meridional. Es un antiguo cono volcánico que lleva millones de años inactivo. Sin embargo, todavía conserva su cráter.



La isla Rondella también se encuentra en La Manga. Al igual que la isla del Sujeto, es un antiguo cono volcánico que lleva millones de años inactivo, pero su cráter aquí no es visible. Tiene forma redonda y un engañoso aspecto montañoso. Sirve como lugar de cría para aves marinas.



La isla de las Palomas se encuentra en Cartagena. Es una isla pequeña con forma de cono. Es un lugar inhóspito y pedregoso y sirve como lugar de cría de numerosa aves marinas. Está considerada como un Espacio Protegido.



La isla del Fraile se encuentra en Águilas. Una importante colonia de gaviotas habita allí y es lugar de paso de delfines, que han sido avistados allí. En la actualidad, está deshabitada, pero estuvo habitada tiempo atrás.

Son cuatro islas que vale la pena conocer y disfrutar, siempre desde el respeto y conociendo mejor la historia que cada una de ellas esconde.




viernes, 12 de junio de 2015

UNA CARTA DE AMOR

Hola a todos.
Hoy, os traigo un pequeño relato que escribí hace algún tiempo.
Transcurre en La Unión durante la década de 1940. Es una carta de amor muy intensa que le escribe una mujer enamorada al hombre que ama.
Veamos qué le dice.

LA UNIÓN, MURCIA 1943

AMADO MÍO:

“Sabes de sobra que creo en Dios. Mi fe me sostiene. Me hace pensar que te pondrás bien. ¿Cómo voy a vivir si no puedo abrazarte?
Viene a verte tu amigo Pedro y os encerráis en la habitación a hablar. Hay muchos manuscritos que están encima de la mesa que hay en nuestra habitación. Hace tres años, Pedro y tú fundasteis la Editorial Levante. Y funciona a las mil maravillas. Vienen a veros escritores de todas las edades. Gente que tiene un sueño. Y que confía en vosotros para que los hagáis realidad. 
Os aplaudo por ello.
Me acerco a ti y te doy un beso.
En ocasiones, me lee alguno de esos manuscritos en voz alta. Yo te abrazo y apoyo la cabeza sobre tu hombro. Me gusta mucho hacer esto cuando me estás leyendo un manuscrito en voz alta.
De noche, en nuestra cama, me besas y yo también te beso. Tus labios acarician mi piel…Tu lengua recorre mi cuerpo…Me siento segura cuando estoy entre tus brazos…Cuando besas mi cuerpo palmo a palmo…
Cuando me despierto por la mañana, lo primero que siento es tu respiración mezclándose con mi respiración. Estás vivo. ¡Vivo, amor mío! ¡Y yo soy la mujer más feliz del mundo porque estás a mi lado!
No me atrevo a salir a la calle. 
-Tienes que salir a divertirte, cariño-me dices.
-¿Cómo voy a salir a la calle a divertirme si tú estás aquí?-te replico.
-Eres todavía joven. Tienes derecho a hacer tu vida. Incluso…
-¡Ni lo menciones siquiera! No podría hacer eso y tú lo sabes. Me basto con lo que me das, que es mucho. Te amo demasiado como para hacer eso.
-Cariño…
-¿No te das cuenta de que tú lo eres todo para mí?
¿Cómo voy a vivir si me faltaras tú? No sólo eres mi marido. Ni eres sólo el padre de mis hijos. Siempre has sido mi mejor amigo…Mi hermano del alma…¿Cómo puedo vivir si no tengo tus ojos mirándome? Siento tus labios cubriendo de besos cada centímetro de mi piel por las noches…Besando mi cuerpo…Yo me abrazo a ti y no quiero soltarte nunca.
Soy perfecta para ti. Alabas mi piel…Mis ojos…Mi cara…
Me despierto por las mañanas sintiendo cómo me acaricias el rostro con la yema de los dedos.
-Buenos días-me dices.
-Buenos días-te contesto.
-¿Cómo has dormido?
-Bien. Pero me despierto mejor. Porque te veo a ti. Y estás conmigo.
Nos besamos. No podemos dejar de besarnos. Todavía es temprano y nuestros hijos todavía están dormidos. 
Nos relajamos el uno en brazos del otro.
Nos besamos una y otra vez. No podemos parar. 
Han pasado ya algunos años. No son muchos, pero para mí que fue ayer cuando me robaste mi primer beso. Ocurrió en un momento en el que estabas sufriendo mucho. Acababas de perder a un ser querido. A tu novia…Mi mejor amiga…La mujer que iba a convertirse en tu esposa…
¿Qué pasó?
¿Cómo acabaste en mis brazos?
¿Cómo acabé yo en tus brazos?
En cada uno de nuestros encuentros, nuestros besos eran cada vez más apasionados y no nos dábamos cuenta de lo que nos estaba pasando. Éramos muy jóvenes. Tú había sufrido una dolorosa pérdida y yo, quizás, me aproveché de la situación. Dices que no fue así. 
Cuando nos abrazamos, yo desearía no soltarte porque tengo mucho miedo a perderte, amor mío.
Insistes muchas veces en querer salir a la calle, a pesar de tu enfermedad. El mundo que tú y yo conocimos hace mucho tiempo ha desaparecido. Cuando salimos a pasear, te coges de mi brazo para caminar. Yo apoyo mi cabeza sobre tu hombro y noto cómo me besas en la frente. Los niños corretean delante de nosotros. Nos reímos viendo cómo disfrutan de la vida. Juegan. Son todavía niños, pienso.
-Esto tiene que cambiar-me dices.
-¿A qué te refieres?-te pregunto.
-A lo que está pasando en La Unión. No me resigno a que mi ciudad se convierta en una ciudad fantasma. ¡No lo tolero!
-Poca cosa podemos hacer tú y yo ante lo que está pasando. Tenemos que resignarnos. Hay que esperar a que las cosas cambien. Y, entonces, puede que acaben mejorando.
-Y también puede que acaben empeorando. 
-No…No lo creo…
Nos abrazamos y nos besamos en mitad de la calle. No suelo comparar nuestra vida conyugal con la de otras parejas, amor mío. 
Nos gusta demasiado besarnos.”

TE QUIERE,
VALERIA.


viernes, 15 de mayo de 2015

HISTORIAS DE LA UNÓN

Hola a todos.
Aquí os traigo el que es, por ahora, el último fragmento de este proyecto al que le tengo muchísimo cariño.
Seguimos centrado en la figura de la madre de Sofía, Catalina.

                                      Señora Manuela...
                                     Me gustaría que responsa a esta carta que le escribo. 
                                     No se puede salir a la calle, señora Manuela. ¡Hace mucho frío! ¡Me hielo! ¡Y eso que se acerca la Semana Santa! La Mari quiere cantar una saeta. ¡Tiene una voz tan bonica! 
                                   Quiero que esté aquí pa poder escucharla. 
                                   ¿Ha leído la última carta que le escribí? Me dio mucha pena cuando se la llevaron pa Quitapellejos. Pero ya está usté mejor. Se está bien allí. 
                                   Entonces, pensé que era un error cuando me llevaron a verla sus sobrinos. Usté no estaba bien. Le di un abrazo. ¿Se acuerda? Lloré mucho. Tosía usté mucho. Decía que le dolía tó el cuerpo. Se la llevaron pa Quitapellejos una mañana en una ambulancia porque ni fuerzas tenía pa ir a coger el coche de línea. Entonces, no lo sabía. Ahora, sí que lo sé. Sus sobrinos me lo han contao. 
                                   Ya tengo teléfono. Y tengo cosas que antes ni soñaba con tener. Tienen teléfono en la residencia. Puedo llamarla. ¡Ya tengo su número! ¡Qué bien!
                                  ¿Vienen mucho a verla? ¿Tiene muchos amigos? ¿Come bien? ¿Sí? Cuénteme. La Sofía tiene novio. He oído hablar de él. Parece un buen zagal. 
                                  Debió de haber tenido hijos. Se sentiría mucho más acompañada. Yo tengo dos hijas. Pero acabarán marchándose. Ya están hechas unas mozas. 
                                  Le he escrito muchas cartas desde que nos separamos. Veo la ambulancia alejándose por la Calle Mayor. Entonces, no la vi. Oigo pitar la sirena. Entonces, no la oí. 
                              No pude darle un abrazo de despedida. 
                              Eso me pesa. ¡Por favor, señora Manuela! Cuídese mucho. Las cosas aquí están cambiando. 
                                 Tiene que estar bien. Usté es una mujer fuerte. Tiene que vivir muchos años. La necesito. Es mucho más que una amiga pa mí. 

jueves, 14 de mayo de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Hoy, seguimos con más historias que transcurren en La Unión durante la década de 1960.
En esta ocasión, seguimos centrados en el personaje de Catalina, la madre de María y Sofía, nuestra protagonista.

                                      Pero sólo puedo hacer esto. Tratar de seguir con mi vida. ¡Oh! ¡Es tan díficil! No me gusta ná la idea de que mi marido esté tós los días metío en ese agujero. ¡Va a terminar mal! ¡Ya se lo he dicho! No lo sabe usté bien. 
                              Le ruego que me perdone. Usté lleva su propia cruz a cuestas. Y no lo veo. 
                              No es fácil llevar la casa, aunque las crías me ayuden. La Mari y la Sofía ya tienen su vida casi hecha. 

domingo, 3 de mayo de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Hoy, seguimos centrándonos en la figura de la madre de Sofía.
Veamos qué nos cuenta.

                                  Mi apreciada doña Manuela:

                                 ¡Ya sé dónde está! Su sobrino ha tenido a bien de venir a contármelo. Le he entregado la carta que le he escrito. 
                                No crea que la he olvidao. ¡Eso no!
                               Pienso mucho en usté. Rezo por usté. 
                               Y no veo la hora de ir a verla. La recuerdo en su jardín o preparando la comida. La oigo y pienso que está aquí. 
                                Me asomo a la ventana. Oigo a un perro. 
                               Ladra en la distancia. 
                               Hacía frío. El cielo está cubierto de nubes y una espesa niebla lo cubre todo. Mis hijas duermen. 
                               Parece que estoy en otro país. Y estoy en La Unión. 
                               Mi mayor alegría es cuando escucho la radionovela con mis crías. Las poquicas veces que la Sofía tiene la tarde libre. 
                               He desconectado la radio. 
                               La casa está sumida en el silencio. Odio el silencio. Mi marido duerme. 
                               Estoy ahorrando unas perricas. El Ricardo tiene muchos planes. 
                              Habla de comprarse un Seiscientos. 
                              Sólo la Mari me hace compañía en realidad. Pero no tardará en irse. 
                              El Julián ya entra en casa. Tengo a mis crías, pero éstas son ya mayores. 
-La Unión es pasado, presente y futuro-me decía su pobre marido, que en paz descanse. 
                            Ya ve. Me acuerdo de él. 
                             Realidad y leyenda...
                            El presente es la realidad. El pasado es la leyenda. 
                         En el economato, me preguntaron el otro día por usté. La echan de menos. 
                         Antes, mi Mari y mi Sofía jugaban a las muñecas. Jugaban a las casitas con lo poquico que tenían. 
                          A la comba...Corrían. Jugaban a la pilla. Hace mucho que mis crías dejaron de jugar. Mi Mari dice que sus hijos serán los que jugarán. 
                          Pero se queja de que el Julián la besa a menudo con brusquedad. Yo le digo que eso no es decente. 
                          No me gusta ese mozo. Se lo he dicho a mi Ricardo. Pero él piensa que es lo mejor pa nuestra Mari. Mi Sofía no se fía tampoco de él. Yo quiero darle una oportunidad. 
                        Ninguna de las dos son unas niñas. Ya son mujeres. Mari habla de casarse. 
                        Y el Pablo está rondando a mi Sofía. Todo es una repetición. Ya lo ve. 

sábado, 2 de mayo de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
En el fragmento de hoy correspondiente a este interesante proyecto, daré voz a la madre de Sofía.
Veamos qué nos cuenta.

                                    Mi querida amiga doña Manuela:

                                  Le confieso que estoy preocupada por usté. Hace mucho que no la veo. ¿Se encuentra bien? ¿Cómo está? 
                                Una de las amigas de mi hija Sofía, la Elena, se ha metido a monja. Todavía no salimos de la sorpresa. 
                             Usté es una mujer fuerte, señora Manuela. Confío en que se encuentre bien. Dígame dónde está e iré a verla. 
                             No sé porqué no he ido a su casa. Espero que no esté enfadada conmigo. No me odie. Por favor...
                             ¿Sabe que Juanito Valderrama va a venir a actuar? No es la primera vez que viene. 
                              Lo hará dentro de unos días. Tengo entradas. Iré a verle. Por desgracia, iremos mi marido y yo porque las crías no vendrán con nosotros. Tienen sus propios planes. Crecen. 
                            La vida pa mí no cambia. 
                            Tengo que seguir ocupándome de la casa. No se para nunca. 
                             Mi Mari me ayuda en tó lo que puede. Sofía nunca para quieta. Si no me está ayudando aquí, está trabajando. No me gusta que trabaje. ¡Angelico mío! 
                              El otro día, me miré en el espejo y me di cuenta de que tengo canas. ¡Soy una vieja! 
                             Me estoy haciendo vieja. Si le soy sincera, creo que nunca fui niña. Nací. Y creo que vine a este mundo siendo ya vieja. No sé lo que es ser una cría o lo que es ser una moza. 
                            Mi Ricardo empezó a trabajar siendo mu crío. De pastor con el ganao...
                             Luego, se fue a la mina. Me dijo que allí ganaría muchos cuartos. ¡Qué equivocao está! Ahora, las cosas nos van un poquico mejor. ¡Pa qué me voy a quejar! 
                             ¿Sabe usté que es ahora el encargao? ¡No para de presumir de ello! 

jueves, 30 de abril de 2015

SOBRE LA UNIÓN

Hola a todos.
Mucha gente conoce mi ciudad, La Unión, principalmente porque es aquí donde se celebra el Festival Internacional de Cante de las Minas. Se ha hablado mucho acerca del boom de la minería. De lo que supuso. Sirvió a La Unión para desarrollarse. También es cierto que las cosas no han ido del todo bien desde que las minas se cerraron definitivamente.
La Unión tuvo dos booms mineros importantes.
Pero es una ciudad que tiene una historia larga, a pesar de sus pocos años de vida. Antes, se llamó Iluro. No era más que un asentamiento fenicio situado a los pies del Cabezo Rajao.
Más tarde, fue un asentamiento musulmán. Una aldea musulmana...Estaba en el conocido como Paraje del Francís.
Portmán ya existía. En la Edad Media, Portmán tenía unos cuantos siglos de Historia. Luego, aparecieron las entonces pedanías cartageneras de Las Herrerías, El Garbanzal y Roche. Con sus respectivos caseríos...
La minería era una actividad para cuatro gatos, como se suele decir, durante el siglo XVI. La principal actividad económica de las entonces pedanías cartageneras era la agricultura. También se dedicaban al pastoreo. Vivía muy poca gente allí.
Se hablaban de las minas. Pero parecía una locura bajar a lo más profundo de la tierra a ver lo que había allí escondido. Si existía algún tipo de tesoro.
La actividad al aire libre...El ir con el ganado por los montes. El cultivar la tierra. Eso era a lo que los vecinos de las entonces pedanías se dedicaban. Y la agricultura no era una actividad agradable. No cuando había sequía. O cuando las plagas atacaban a los cultivos.



La muy maltratada bahía de Portmán.

domingo, 26 de abril de 2015

UN AMOR SOÑADO

Hola a todos.
Tras una ausencia, regreso con la intención de poder terminar estas dos historias que tengo aquí para terminar.
Este fragmento es bastante más corto que de costumbre.
Vamos a ver lo que ocurre hoy en Un amor soñado. 

                                     Cristina y Ángel, por separado, recordaba las veces que se encontraron a solas. Entonces, se sentían los únicos habitantes que había en el mundo. Estaban solos en aquel Universo paralelo. Así era la isla para ellos.
                                    Rodaban desnudos por la arena de la playa besándose por todas partes.



                             A solas en su habitación, Ángel no atendía a su hermana. Tan sólo quería encontrar a Cristina.
-Su prima...-balbuceó-Creo que tiene una casa-Lo había recordado-Creo que la casa está en Calarreona.
-¿Vas a ir allí?-se escandalizó su hermana.
-Buscaré a Cris. ¡La amo! ¿No te das cuenta?
                           El brillo de la alegría iluminó los ojos de Ángel. Ya había tomado una decisión.
-¡Iré a Calarreona a buscar a mi Cris!-afirmó con alegría.

sábado, 25 de abril de 2015

SAETA DE MARÍA CEGARRA AL CRISTO DE LOS MINEROS

Hola a todos.
En esta entrada, me gustaría compartir con vosotros un poema que le dedicó María Cegarra al Cristo de los Mineros.
Posiblemente, María Cegarra sea uno de los unionenses más ilustres y queridos de todos los tiempos.
Hermana menor de un escritor al que admiro profundamente, Andrés Cegarra, María se convirtió en la primera mujer española perito química.
La Química, la Educación y la Poesía fueron sus grandes pasiones y las supo combinar muy bien.
El recuerdo de María Cegarra sigue presente en la ciudad. En el busto que hay en el jardincillo situado enfrente del Liceo, donde Andrés dio clases antes de caer enfermo. En el instituto que lleva su nombre. En la gente que la conoció y que la recuerda con cariño.
Estos versos refleja el amor que María Cegarra le profesaba a la Semana Santa unionense. Ella amaba La Unión con intensidad y le tenía un gran apego.

Dame el marro compañero,
Que tengo que desclavar al Cristo de los Mineros
Y no voy a “relevar”.
No tengo miedo a las minas
Ni le temo a los barrenos
Porque conmigo camina
El Cristo de los Mineros
Sangrando por las espinas.
No necesitas sepulcro,
Que la galería te espera
con los cirios de pirita
Y el sudario de galena.

 Fotografía de María Cegarra Salcedo. 

viernes, 24 de abril de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Nuestra tanda de historias unionenses llega a su fin por ahora.
Hoy, es el último día, por el momento, que subo recuerdos de Sofía.
Espero de corazón que os haya gustado conocerla mejor y también conocer mejor La Unión.
¡Gracias por haber leído esta historia!
Veamos qué ocurre.

                                        Sofía se fue a la Telefónica. Sus padres hablaban de instalar un teléfono. La idea la tenía su madre. Su padre, por el contrario, creía que eso sólo serviría para tener a Sofía hablando por teléfono con su amiga Paz. Ésta era la única que tenía teléfono. Lucía también hablaba de comprárselo.
-Hay que instalar una línea telefónica-decía la madre de Sofía-Hemos de tener contacto con el mundo. Nos vamos a quedar aislados.
-¿Un teléfono?-se asustó María-Julián no tiene de eso.
-Julián no tiene ná de ná-pensó Sofía con rabia.
                             Naturalmente no dijo eso. No quería pelearse con María.
-Deberíais de tener teléfono en la mina-aconsejó Sofía a su padre-Pa avisarnos de cuando haya un derrumbe.
-¡Jesús!-se asustó María.
                            Se santiguó.
-¡Por Dios, hija!-se asustó la madre-No seas pájaro de mal agüero.

jueves, 23 de abril de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Seguimos con más retazos de la vida de Sofía, nuestra joven unionense.
Seguimos viendo cómo es su vida en La Unión en la década de 1960.

                               La heladería La Jijonenca estaba abierta. Estaba apretando el calor. Sofía aceleró el paso. Daban ganas de tomar algo fresco.
                              Sofía tenía ganas de comprarse un helado. Un corte de mantecado...
                              Abrió su bolso. Los helados son dulces, pensó.
                               Sacó el monedero. Lo dulce ayuda a olvidar lo amargo, pensó Sofía.
                              Abrió el monedero. Contó el dinero que tenía. ¿Le llegaría para comprarse un corte de mantecado? Afortunadamente, sí. Le apetecía comerse un corte. Y no pensar en lo que la cotilla de doña Visi le había contado. No se atrevía a contárselo a Elena. Su amiga todavía no se había sincerado con ella.
                             ¿Y qué pasaba con la compra? ¡Bah! No le importaba. Ya se las ingeniaría con su madre. Lo siento. No había.
                               Se puso de pie. Sacó el dinero que necesitaba para comprarse el corte de mantecado. No le apetecía unirse a los corrillos de chicas que estaban en la Plaza. Saludó a Lucía, que iba al Mercado Público en compañía de su tía.
                             Se imaginaba de lo que estaban hablando en los corrillos. Que si Los Beattles. Que si Los Brincos. Que si ese cantante que se llama Raphael. También había corrillos de chicos hablando en la Plaza. No tenían otra cosa qué hacer.
-¿Viste el partido de fútbol?-se preguntaron los unos a los otros-Empataron. ¡Pero el Atletic estuvo bien! Mereció ganar.
                          Sofía entró en La Jijonenca. 
                          Había mucha gente allí congregada.
                           Salió de La Jijonenca un rato después. Daba cuenta de su corte de mantecado.
                          Bastante gente tenía ahora televisión. Pero seguían escuchando la radio.
                          Podían ver los partidos de fútbol. Se hablaba de que pronto empezaría a emitirse un segundo canal. Sofía esperó para poder regresar a casa. Quería comerse su corte de mantecado relajada. No pensar en nada.
                          Desde su ascenso a encargado, el padre de Sofía quería darse algunos lujos.
                          Había comprado un televisor no hacía mucho.
                          Antes, tenían una vieja radio.
                          Pensaba en comprarse un Seiscientos. Incluso, quería aprender a conducir. A su mujer le daba miedo meterse dentro de un coche.



                               Saboreó con calma su corte de mantecado.
                              Últimamente, Sofía creía ver Seiscientos por todas partes. Incluso, también ella quería aprender a conducir. Se lo había comentado a María. Pero su hermana se escandalizó cuando la escuchó.
                           Seiscientos y también turistas...Algunos se paseaban por La Unión. Se acercaban a Sofía. Intentaban dialogar con ella. No lo conseguían.
-Español...-le decían-Torero...Flamenco...Olé...
                            Todos los turistas le parecían a Sofía iguales. Todos eran rubios con la piel clarísima. Todos iban con la cámara de fotos colgada del cuello. Todos tenían la misma cara de pazguatos. Y, a su vez, los españoles eran iguales a los ojos de los turistas. Toreros...Gitanos...Y bailaores de flamenco...
-Mira, yo no te entiendo-les decía Sofía.
                         No tenía ni idea de hablar inglés.
                        Los ingleses no hablaban español.
                        Una vez, un turista le preguntó a Julián si era El Cordobés. 
-¡Uy, lo que me ha dicho!-se enrabiscó Julián.
                        Estaba paseando por la Calle Mayor. María le acompañaba.
-¡Déjale!-le pidió la joven.
-¡Yo lo mato!-gritó Julián, cabreado.
-¡No ha sido nada!
-¡Me cago en tus muertos, cabrón!
-¡Julián, no te entiende!
-Los palos que le voy a meter sí que los va a entender. ¡Déjame, Mari! ¡Que me lo cargo!
-¡Julián!
                             Estuvo a punto de liarse a palos con el turista.
-¡Yo no soy ése!-gritó-¡El Cordobés lo será tu padre!
                           Le gustaba El Cordobés. Le gustaban los toros. ¡Pero odiaba que lo confundieran con otra persona! El altercado tuvo lugar a la altura de la Casa del Piñón. Llegaron a las manos. El turista estaba perplejo. No entendía lo que estaba pasando.
                          Le acompañaba una rubia vestida con una minifalda. A los obsesos se le iban los ojos tras ella. Tras sus piernas, mejor dicho. El guiri hablaba y no se le entendía. La rubia se puso a sacar fotos de la pelea.
-¡Olé!-gritaba-¡Torero!
-¡No haga fotos, por Dios!-le rogó María-¡Va a ser peor!
                                La rubia sólo sabía decir eso. Olé...Torero...
                                Vino la Guardia Civil, una pareja concretamente de la Guardia Civil. Primero, se dedicaron a mirar las piernas de la rubia con cara de imbéciles. La misma cara que tenían los curiosos que se habían congregado allí. A continuación, separaron a Julián y al turista. Durante el forcejeo, a la rubia se le cayó la cámara de fotos al suelo.
                             La cámara acabó destrozada.
                             Una alterada María le contó el incidente a Sofía cuando estaban fregando los platos. Sofía tuvo la sensación de que el tal Julián era un verdadero bicho. Se había puesto hecho un basilisco por una tontería.
-No te cases con él-le advirtió a María.
                             Su hermana le aseguró de que sólo se había peleado con aquel turista.
-Conmigo es distinto-insistió.
                            No quiero verte con los ojos amoratados, pensó Sofía.
-Hazme caso-le rogó-Ese Julián no te conviene. Se ha puesto como un basilisco por una estupidez con un desconocido. ¡Imagina cómo será tu vida cuando te cases con él!
-Julián es bueno-insistió María.
-Te hará una desgraciá. Por favor, Mari. Hazme caso. No te cases con él.
-Sofi, quiero casarme con Julián. La otra opción es hacer como la Marián y meterme a monja. Yo no sirvo pa eso. Es lo que madre dice.

                         

miércoles, 22 de abril de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Seguimos conociendo más a fondo a Sofía y a las personas que la rodean.
En este caso, conoceremos a Marián, quién ha aparecido en otras ocasiones, que también es amiga suya.

                           Julián era, además, muy religioso. Un buen cristiano...Trataría bien a María. Ella le daría hijos. Se sometería fácilmente a él. Eso era lo que estaba buscando. Una chica como María...
                           Dócil...Sumisa...
                          Una chica que soñaba mientras cosía su ajuar de novia.
-Espero que no estés cometiendo un error-le dijo Sofía una tarde de viernes a María cuando entraron en Las Novedades a comprar un ajuar.
                          Una mujer estaba siendo atendida en aquel momento. De modo que tuvieron que esperar. María miró risueña a su hermana menor.
-Julián es la clase de hombre que me conviene-afirmó-Va muy en serio.
-Entra en casa-recordó Sofía-Pero eso no es ná. ¡Me parece un burro! Te molerá a palos.
-¡Anda! ¡Anda, no me exageres!
-Lo estoy viendo venir, Mari.
                            Su hermana mayor la abrazó con cariño.
                            En aquella época, otra de las amigas de Sofía, Marián, decidió tomar los hábitos. Durante unos años, estuvo viviendo en el Convento de las Siervas, en Cartagena. No llegó a formular los últimos votos. Abandonó el convento en el año 1970.
                             Sofía fue a verla al convento. Dieron un paseo por el jardín del mismo. Se sentaron en un banco.
-Aún no me lo puedo creer-comentó Sofía.
-Dios me ha llamado a Su Servicio-afirmó su amiga.
-¿Y desde cuándo tienes vocación religiosa?
                           En opinión de Sofía, Lucía, otra amiga suya, era la más religiosa de su grupo de amigas. Siempre pensó que Lucía acabaría en un convento. Marián siempre había sido muy moderna. Sin embargo, había cambiado en los últimos tiempos.
-Dios me ha llamado-insistió la joven.
-Ya...-bufó Sofía-Pero...¿Cómo ha sido? ¡Cuéntamelo!
-¡No hay ninguna explicación! Simplemente ha sucedido. ¡Y ya está!
-¡Ni la Marián quiere ser monja con lo devota que es!
                         Marián vivía en la Calle Méndez Núñez. Elena y ella eran vecinas. En realidad, estaban muy unidas. Sin embargo, la noticia de que Marián quería ser monja había dejado en estado casi catatónico a Elena. No se lo esperaba.
                          En cambio, Lucía vivía en las Casas del Descargador. Se decía allí que aquella chica iba a terminar siendo monja carmelita. Cuando llegó hasta allí la noticia de que Marián se había ido a Las Siervas a ser monja, no se lo creyeron. Una vecina le preguntó a Lucía el porqué no se había ido con ella.
                            Llegaron a la conclusión de que Marián se había vuelto loca. Lucía había visto unas mil veces La mies es mucha. Sólo veía cine religioso. Y, por supuesto, no escuchaba música ye-ye. La chica sólo leía libros de Acción Católica. Al menos, no escuchaba música religiosa más que cuando sonaba en la radio.
                         Durante la visita que le hizo Sofía a Marián en el convento, la chica le habló de muchas cosas. Ya había recibido la visita de Paz. Y se había marchado estupefacta de allí. Le contó a Sofía lo mismo que le había contado a Paz. Y que la asustó.
                        Habló de ir a las misiones. Al Congo...De ser una mártir moderna.
-¡Anda, calla!-le espetó Sofía-No digas burradas.
-¡No son burradas!-insistió Marián-La Paz y tú os equivocáis. Yo quiero ser una mártir.
-¡Estás chiflada!
                            Estuvo un rato hablando con su amiga. Le daba miedo oírla de lo que decía. Parecía que estaba poseída.
-Bueno, me tengo que ir-dijo Sofía-Ya vendré a verte otro día. Y le diré a la Luci que se pase por aquí.
-Cuando quieras-le contestó Marián-Yo rezaré mucho por ti. Y espero que la Luci ingrese en este mismo convento. Donde estoy yo. ¡Ay, Sofi! Estoy rezando mucho por todas vosotras. Quiero que seáis monjas. Como yo...
                       


                                   Sofía se fue del convento. No sabía si se casaría algún día o si se quedaría a vestir Santos. Pero sí sabía una cosa. Jamás se metería a monja. No tenía vocación religiosa.
                                  Volvió a La Unión en coche de línea. Más adelante, cuando supo que Marián había abandonado el convento, se alegró muchísimo.
                                  Por suerte, podía ir a verla a Cartagena. Sofía se apoyó contra el asiento del coche de línea. Todavía le quedaba un ratio antes de llegar a La Unión.

                                  Lo supo cuando acudió a hacer la compra. El Mercado Público estaba abierto. Fue allí cuando le contaron a Sofía que a Marián la habían forzado tiempo atrás en la Carretera del 33. Doña Visi era una mujer muy cotilla.
                                 Pese a estar casada y ser madre de trece hijos, vivía por y para saber lo que ocurría en la ciudad. Para saber quién estaba liado con quién.
                                 Quién se gastaba las perras en bares. Quién no era ya virgen.
                                 Sofía estaba en el puesto de la fruta. Doña Visi la abordó para contárselo.
                                 De la impresión, se le cayó a Sofía el tomate al suelo. Había cosas que era mejor no saber. Ni contarlas en un lugar público. Como aquel...
                                Pero tuvo que abordarla doña Visi. La mujer más cotilla de la ciudad...Parecía disfrutar hablando de aquel tema. Un tema repugnante...
                                Pobrecilla...Qué desgracia...Una barbaridad...
                                El nombre completo de Marián era María de los Ángeles. Sus amigas la llamaban Marián. Su familia y los demás la llamaban Gelita.
                                ¡Pobre Gelita!
-Calle, señora Visi, calle-le pidió Sofía-La van a oír.
-¿Has ido a verla?-le preguntó doña Visi-Me imagino que ya la habrás visto. ¡Pobrecilla! ¡Con lo bonica que es! Porque es muy bonica. ¿Ya la has visto?
-¿Por qué habla usté de esas cosas?
-Porque a la pobre zagala la desgraciaron. Fue algún malnacido. De esos hay muchos por el mundo. Ya se sabe. No hace falta irse al extranjero pa ver ciertas cosas. La familia cree que la culpa es de ella. ¡Angelico mío! Le han metido en la cabeza que tiene que meterse a monja. Sólo así purgará su pecado. ¡Pecado dicen! ¿Qué cosa ha hecho? ¡La han desgraciao!
-Marián no me ha contao ná. Entre ella y yo nos contamos las cosas.
-Esto es mu gordo. Hazme caso. ¡Menos mal que no le han dejado la barriga llena! Si no...Sofi...Lo siento por la pobre Gelita. Pero hay cosas que es mejor no contar.
-Pero usté lo sabe.
-Ya lo sé. ¡Y lo sabe media ciudad! ¿Qué te crees? La Unión es una ciudad pequeña. Aquí no hay secretos. La gente se conoce.
-Entiendo.
                            Sofía se marchó del Mercado. Lo hizo sin terminar de hacer la compra.
                            Se sentó en un banco de la Plaza Joaquín Costa, donde se encontraba el Mercado Público. Estaba sudando. Se sentía acalorada. Respiró hondo. Trató de pensar que doña Visi no sólo era cotilla. También era mala persona.
                              Necesitaba tomar el aire.
                               Las campanas del Mercado Público dieron la hora. Eran las doce del mediodía. Sofía aferró con fuerza su cesta de mimbre. Le quedaban cosas que comprar. No entraba a trabajar hasta la tarde. María estaba haciendo las cosas con su madre. La cuál le estaría hablando de las maravillas de Julián. Y María le daría la razón. Hacía días que Sofía no veía a Pablo. No le echaba en especial falta.
                             Era verano.
                             Había gente en la Plaza. No sólo las personas que estaban comprando. Gente que quería disfrutar de una agradable mañana.
                             Hombres sentados en el banco...
                             Niños jugando al fútbol. Creyendo que eran Alfredo Di Stefano. O Kubala...
                             Las niñas estaban jugando a la comba.
-Al cocherito leré...-cantaban-Me dijo ancohe leré/Que si quería leré. 
                            Varios Seiscientos pasaron por la Calle Mayor. Iban camino de Los Nietos. O de La Manga...



                              A Marián le habían destrozado la vida. María iba a seguir sus pasos.
                             En su caso, iba a casarse con un indeseable. Sofía tan sólo tenía su trabajo y sus sueños.
                             Pero querían obligarla a renunciar a ello. Bien, ¡no lo iban a conseguir!

martes, 21 de abril de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Hoy, seguimos más retazos de la vida de Sofía en La Unión durante la década de 1960.
En esta ocasión, nos centraremos también en el noviazgo de María, la hermana de Sofía, y en cómo lo vive ésta.

                                     Sofía y María iban a Misa en compañía de sus padres. Éstos afirmaban ser muy buenos cristianos.
                                     Las dos hermanas llevaban el rosario colgando entre sus dedos.
                                     Tenían el misal en una mano. Era un regalo que les hizo su madrina cuando hicieron la Primera Comunión.
                                    Abrían el misal. Lo leían durante la Misa. Mantenían las cabezas agachadas. Iban a la Iglesia vestidas de negro. Como debía ser.
                                    Se cubrían las cabezas con un pañuelo. A ser posible, negro.
                                    Sofía no sabía si debía de pensar en Pablo como su novio.
                                    Los clientes del bar la piropeaban. Era una chica muy guapa. Todo el mundo se lo decía.
                                   Ya había empezado a hacerse el ajuar. Compraba el hilo en Las Novedades. Fue durante la Misa de doce cuando conoció al novio de María. Se encargaba de acercarse a María y de darle el beso de La Paz durante la Misa.
-¿Quién es ése?-le preguntó en una de aquellas veces Sofía.
-Es Julián-respondió María-Madre te puede hablar de él. Es mi novio.
                              Julián era su nombre. Sólo había besado a María en las mejillas. Sin embargo, también la había besado en los labios cuando nadie les veía. A María le gustaba.
                              Los padres de Julián eran personas sencillas. El joven trabajaba en la Mina La Cierva. Era ahorrador. No era amigo de irse de bares más que cuando le obligaban los amigos.
                             Entre tanto, el padre de Sofía y de María había sido ascendido a encargado. El ascenso había ocurrido hacía relativamente poco.
                             Soñaba con un brillante porvenir para sus dos hijas. Con verlas casadas con hombres decentes. Lo cual logró más adelante.
                            Sofía y María se parecían en el fondo.
                            Eran dos chicas sensatas.
                            Sofía se encontraba con Pablo de vez en cuando.
-Hola, Sofía-le decía.
-Hola...-le devolvía el saludo.
                           Solían verse en la calle. Sofía pensaba que Pablo la estaba rondando.
-Te mira-le decía su amiga Elena-Te está mirando. Lo tienes loquito.
                           Sofía se ponía roja. Aceleraba el paso. Paz y Elena tenían que correr para alcanzarla.
                          Pablo la estaba mirando. Le estaba sonriendo. Se dijo así misma que no volvería a pasar por la Glorieta de La Rosaleda nunca más. ¡Pablo estaba sentado en uno de los bancos!
-¿Qué ocurre?-se interesó Paz-¿Se te ha declarado?
-Todavía no...-contestó Sofía-No hay nada todavía entre nosotros. ¡Miento! ¡No hay ná! Le gusto. Pero... Sólo eso...
-Pero...-se extrañó Elena-¿A qué está esperando? Ahora, las cosas van un poquico mejor en tu casa. ¿No? Claro...¡Cómo tu padre es ahora el encargao! No me extraña.
                     Una vez, Sofía tuvo que atender a un grupo de amigos que había acudido al bar Balsalobre a tomar el aperitivo. Era sábado. Se llevó una sorpresa cuando vio en aquel grupo a Julián. Éste la presentó como su futura cuñada. La hermana menor de su novia María...
-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó Sofía-No te esperaba.
-He venido a tomar el aperitivo-respondió Julián-Me alegro de que seas nuestra camarera.
-¿Qué queréis tomar?
-Aún no lo hemos decidido. Espera. Espera un poco. No nos hemos decidido.
-No tengo tó el día. Tengo otras mesas que atender. La Paz está pachucha. He de hacer yo hoy también de camarera.
-Vale...Sí...Lo que tú digas.
                          Sofía alzó la vista al cielo. Bufó.
                          María le había contado muchas cosas acerca de su novio.
                         Como que le ponía nerviosa. Le temblaban las piernas cuando la miraba.
                          Sin embargo, Sofía había escuchado que tenía un mal carácter. No quería eso para su hermana. Podía pegar a María. Intentó hablar de ese tema con su madre.
                         No quería como marido de su hermana mayor a un hombre así. Y empezaba a dudar acerca de lo que sentía realmente por Pablo.

lunes, 20 de abril de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Vuelve a este blog una vieja amiga nuestra: Sofía.
Y La Unión viaja en el tiempo hasta la década de 1960.
¡Veamos qué ocurre hoy!

                               Tal y como había dicho alguien hacía más de treinta años, se estaban abriendo las minas de nuevo. Volvía a haber trabajo para el minero. Tras una grave crisis, La Unión parecía ver la luz al final del túnel. Y eso era bueno.
                             La madre de Sofía no podía quejarse. Su marido se marchaba todos los días al tajo. María se quedaba en casa. Y Sofía se iba a trabajar. No tenían que emigrar a otra parte. O, como hacían algunos muchachos, irse fuera de España.
                             La Unión nunca recuperaría el esplendor de antaño. El que había tenido durante mucho tiempo. Pero eso poco importaba. Las minas volvían a funcionar.
                             El dueño del bar Balsalobre apuntaba en una pizarra el precio de las consumiciones. Ya podía vender gaseosa. Apuntó en la pizarra que una botella de gaseosa valía 15 pesetas. Era barata.
                             Por lo menos, pensó, los bares de la ciudad eran generosos con sus vecinos. En los bares, por ejemplo, de Cartagena, se vendía una botella de gaseosa a 5 duros. O a 10 duros.
                            No dijo ninguna palabrota. El bar se estaba llenando poco a poco de gente.
                            Además...
                           Estaba contento.
                           Las cosas iban bien. Y la gente consumía.
                           En su bar, por sólo 20 pesetas, se vendían desde hacía unos meses botellas de Coca-Cola.
                           ¡Menudo lujo!
-¡Chico!-gritaba uno de los clientes-¡Vengo sediento! ¡Una Coca-Cola! ¡Una botella de Coca-Cola!
-¡Marchando!-gritaba el camarero-¡Una Coca-Cola! ¡Una botella de Coca-Cola!
-Pa sentirme un poquico más americano. Esos tienen parné. Y de tó...
                           El bar estaba a rebosar de clientes. No era el único bar que tenía la ciudad y cada bar tenía una clientela fija. Estaba el bar El Vinagrero, toda una institución en la ciudad con su más de medio siglo de Historia. Siempre lleno de gente...
                          Igual que la tienda Las Novedades. Estaba situada en la Calle Mayor. Tenía ochenta años de Historia.
                         Últimamente, María acudía mucho allí. Estaba preparando su ajuar de bodas. Había conocido a un joven. Decía estar enamorada de él.
                         Se casarían antes o después.
                        Sofía no le conocía. Pero sus padres, por lo visto, sí le conocían. Ya le estaba permitido pasar a la casa. Y ver a María.
                         Sólo sabía de él que vivía en las casas de El Descargador.
-¡Oiga!-le llamó la atención a su jefe.
                         Éste se giró. La miró. Se había quedado absorto en sus cavilaciones.
-Se ha quedado distraído-observó Sofía.
-Perdona-se disculpó él-Es que estaba pensando.
-Debería de estar contentico. Las cosas van bien. No tiene motivos pa quejarse. Haga caja esta madrugada. Y verá las perras que ha ganado.
-Tienes razón, Sofía. Anda, vamos a atender a los clientes. Ve a esa mesa. Creo que nadie les ha atendido todavía.
                       Sofía trabajaba en las cocinas. Pero se abstuvo de quejarse.