lunes, 6 de octubre de 2014

ESCENA DE "UN GIRO INESPERADO"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros un fragmento de una de mis novelas dedicadas a esta ciudad.
Se trata de Un giro inesperado. 
Una de las protagonistas femeninas (hay dos), Sara, es una joven de buena familia que se enamora en un primer momento de Ángel, un actor mediocre. Pero, ¿está realmente Ángel enamorado de Sara?
En esta escena, asistiremos a un encuentro entre Ángel y Sara.

                                  Sara se abrazó a Ángel nada más verle.
                                  Se habían encontrado en el Parque de la Merced. Era su lugar de encuentro favorito.
                                   La doncella de Sara hacía las veces de carabina. Y, desde luego, estaba en contra de aquella relación.
-¿Te he hecho esperar mucho?-le preguntó Sara a su amado-Me he entretenido con los preparativos de la boda de Ana. ¡No veo la hora de que se case!
                                  Ángel cogió las manos de Sara. Se las besó.
                                  La besó de lleno en los labios.
                                  Queta carraspeó.
                                   Sara fulminó con la mirada a su doncella.
-¿Por qué tiene que venir siempre contigo?-protestó Ángel.
-Queta cuida de mí-contestó Sara-No me deja nunca sola. Tienes que acostumbrarte a ella.
-Sara, son muchas las cosas que deseo decirte. Y no quiero que tu doncella esté presente cuando hable contigo.
                                Sara pensó que Ángel tenía razón. Permanecieron de pie mientras Queta les contemplaba sentada en un banco. Para ambos, la doncella era un estorbo.
                                 Sara apoyó las manos en los hombros de Ángel. Sentía la solidez de su cuerpo musculoso. A veces, se sentía tentada a citarle en alguna posada cercana al puerto y entregarse a él. Abandonarse a sus brazos.
                                Pero debían de conformarse con aquellos encuentros a escondidas en el Parque de la Merced bajo la vigilancia de Queta.
                                El miedo a quedarse embarazada. El miedo a ser abandonada por Ángel. Todo ello pesaba mucho sobre Sara. Más que el amor que le profesaba a aquel hombre.
-Tengo que irme ya-se lamentó la joven-Sólo he podido salir de casa durante un rato. Pero he de regresar. Mi madre está loca con los preparativos de la boda de Ana. Y...
-No importa-la interrumpió Ángel-Lo digo en serio. Es tu hermana mayor.
-Yo deseo que sea feliz porque es una joven muy buena.
-¿Y qué pasará una vez que tu hermana se haya casado?
-Tienes que ir a hablar con mi padre.
-¿Qué estás diciendo?
-Irás a hablar con mi padre. Le dirás que estás enamorado de mí. Pedirás mi mano en matrimonio. ¡Tienes que hacerlo antes de que me busque un marido, Ángel! Los padres de mi amiga Pilar están pensando en buscarle un marido porque el hombre del que se ha enamorado no es de su agrado. ¡Demuéstrale a mi padre que eres un hombre honrado! ¡Por favor, Ángel!
                                Se hizo el silencio entre ambos. La idea de casarse con Sara jamás se le había pasado por la cabeza a Ángel.
-Está bien-cedió, intentando ganar tiempo.
                              Sara le besó de lleno en la boca.

 

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