Hola a todos.
Aquí os traigo el que es, por ahora, el último fragmento de este proyecto al que le tengo muchísimo cariño.
Seguimos centrado en la figura de la madre de Sofía, Catalina.
Señora Manuela...
Me gustaría que responsa a esta carta que le escribo.
No se puede salir a la calle, señora Manuela. ¡Hace mucho frío! ¡Me hielo! ¡Y eso que se acerca la Semana Santa! La Mari quiere cantar una saeta. ¡Tiene una voz tan bonica!
Quiero que esté aquí pa poder escucharla.
¿Ha leído la última carta que le escribí? Me dio mucha pena cuando se la llevaron pa Quitapellejos. Pero ya está usté mejor. Se está bien allí.
Entonces, pensé que era un error cuando me llevaron a verla sus sobrinos. Usté no estaba bien. Le di un abrazo. ¿Se acuerda? Lloré mucho. Tosía usté mucho. Decía que le dolía tó el cuerpo. Se la llevaron pa Quitapellejos una mañana en una ambulancia porque ni fuerzas tenía pa ir a coger el coche de línea. Entonces, no lo sabía. Ahora, sí que lo sé. Sus sobrinos me lo han contao.
Ya tengo teléfono. Y tengo cosas que antes ni soñaba con tener. Tienen teléfono en la residencia. Puedo llamarla. ¡Ya tengo su número! ¡Qué bien!
¿Vienen mucho a verla? ¿Tiene muchos amigos? ¿Come bien? ¿Sí? Cuénteme. La Sofía tiene novio. He oído hablar de él. Parece un buen zagal.
Debió de haber tenido hijos. Se sentiría mucho más acompañada. Yo tengo dos hijas. Pero acabarán marchándose. Ya están hechas unas mozas.
Le he escrito muchas cartas desde que nos separamos. Veo la ambulancia alejándose por la Calle Mayor. Entonces, no la vi. Oigo pitar la sirena. Entonces, no la oí.
No pude darle un abrazo de despedida.
Eso me pesa. ¡Por favor, señora Manuela! Cuídese mucho. Las cosas aquí están cambiando.
Tiene que estar bien. Usté es una mujer fuerte. Tiene que vivir muchos años. La necesito. Es mucho más que una amiga pa mí.
Blog dedicado a la ciudad de La Unión. Historias, imágenes, personajes, sentimientos... ¡Bienvenidos a La Unión! El blog oficial de mi saga de novelas de La Unión, mi ciudad.
viernes, 15 de mayo de 2015
jueves, 14 de mayo de 2015
HISTORIAS DE LA UNIÓN
Hola a todos.
Hoy, seguimos con más historias que transcurren en La Unión durante la década de 1960.
En esta ocasión, seguimos centrados en el personaje de Catalina, la madre de María y Sofía, nuestra protagonista.
Pero sólo puedo hacer esto. Tratar de seguir con mi vida. ¡Oh! ¡Es tan díficil! No me gusta ná la idea de que mi marido esté tós los días metío en ese agujero. ¡Va a terminar mal! ¡Ya se lo he dicho! No lo sabe usté bien.
Le ruego que me perdone. Usté lleva su propia cruz a cuestas. Y no lo veo.
No es fácil llevar la casa, aunque las crías me ayuden. La Mari y la Sofía ya tienen su vida casi hecha.
Hoy, seguimos con más historias que transcurren en La Unión durante la década de 1960.
En esta ocasión, seguimos centrados en el personaje de Catalina, la madre de María y Sofía, nuestra protagonista.
Pero sólo puedo hacer esto. Tratar de seguir con mi vida. ¡Oh! ¡Es tan díficil! No me gusta ná la idea de que mi marido esté tós los días metío en ese agujero. ¡Va a terminar mal! ¡Ya se lo he dicho! No lo sabe usté bien.
Le ruego que me perdone. Usté lleva su propia cruz a cuestas. Y no lo veo.
No es fácil llevar la casa, aunque las crías me ayuden. La Mari y la Sofía ya tienen su vida casi hecha.
domingo, 3 de mayo de 2015
HISTORIAS DE LA UNIÓN
Hola a todos.
Hoy, seguimos centrándonos en la figura de la madre de Sofía.
Veamos qué nos cuenta.
Mi apreciada doña Manuela:
¡Ya sé dónde está! Su sobrino ha tenido a bien de venir a contármelo. Le he entregado la carta que le he escrito.
No crea que la he olvidao. ¡Eso no!
Pienso mucho en usté. Rezo por usté.
Y no veo la hora de ir a verla. La recuerdo en su jardín o preparando la comida. La oigo y pienso que está aquí.
Me asomo a la ventana. Oigo a un perro.
Ladra en la distancia.
Hacía frío. El cielo está cubierto de nubes y una espesa niebla lo cubre todo. Mis hijas duermen.
Parece que estoy en otro país. Y estoy en La Unión.
Mi mayor alegría es cuando escucho la radionovela con mis crías. Las poquicas veces que la Sofía tiene la tarde libre.
He desconectado la radio.
La casa está sumida en el silencio. Odio el silencio. Mi marido duerme.
Estoy ahorrando unas perricas. El Ricardo tiene muchos planes.
Habla de comprarse un Seiscientos.
Sólo la Mari me hace compañía en realidad. Pero no tardará en irse.
El Julián ya entra en casa. Tengo a mis crías, pero éstas son ya mayores.
-La Unión es pasado, presente y futuro-me decía su pobre marido, que en paz descanse.
Ya ve. Me acuerdo de él.
Realidad y leyenda...
El presente es la realidad. El pasado es la leyenda.
En el economato, me preguntaron el otro día por usté. La echan de menos.
Antes, mi Mari y mi Sofía jugaban a las muñecas. Jugaban a las casitas con lo poquico que tenían.
A la comba...Corrían. Jugaban a la pilla. Hace mucho que mis crías dejaron de jugar. Mi Mari dice que sus hijos serán los que jugarán.
Pero se queja de que el Julián la besa a menudo con brusquedad. Yo le digo que eso no es decente.
No me gusta ese mozo. Se lo he dicho a mi Ricardo. Pero él piensa que es lo mejor pa nuestra Mari. Mi Sofía no se fía tampoco de él. Yo quiero darle una oportunidad.
Ninguna de las dos son unas niñas. Ya son mujeres. Mari habla de casarse.
Y el Pablo está rondando a mi Sofía. Todo es una repetición. Ya lo ve.
Hoy, seguimos centrándonos en la figura de la madre de Sofía.
Veamos qué nos cuenta.
Mi apreciada doña Manuela:
¡Ya sé dónde está! Su sobrino ha tenido a bien de venir a contármelo. Le he entregado la carta que le he escrito.
No crea que la he olvidao. ¡Eso no!
Pienso mucho en usté. Rezo por usté.
Y no veo la hora de ir a verla. La recuerdo en su jardín o preparando la comida. La oigo y pienso que está aquí.
Me asomo a la ventana. Oigo a un perro.
Ladra en la distancia.
Hacía frío. El cielo está cubierto de nubes y una espesa niebla lo cubre todo. Mis hijas duermen.
Parece que estoy en otro país. Y estoy en La Unión.
Mi mayor alegría es cuando escucho la radionovela con mis crías. Las poquicas veces que la Sofía tiene la tarde libre.
He desconectado la radio.
La casa está sumida en el silencio. Odio el silencio. Mi marido duerme.
Estoy ahorrando unas perricas. El Ricardo tiene muchos planes.
Habla de comprarse un Seiscientos.
Sólo la Mari me hace compañía en realidad. Pero no tardará en irse.
El Julián ya entra en casa. Tengo a mis crías, pero éstas son ya mayores.
-La Unión es pasado, presente y futuro-me decía su pobre marido, que en paz descanse.
Ya ve. Me acuerdo de él.
Realidad y leyenda...
El presente es la realidad. El pasado es la leyenda.
En el economato, me preguntaron el otro día por usté. La echan de menos.
Antes, mi Mari y mi Sofía jugaban a las muñecas. Jugaban a las casitas con lo poquico que tenían.
A la comba...Corrían. Jugaban a la pilla. Hace mucho que mis crías dejaron de jugar. Mi Mari dice que sus hijos serán los que jugarán.
Pero se queja de que el Julián la besa a menudo con brusquedad. Yo le digo que eso no es decente.
No me gusta ese mozo. Se lo he dicho a mi Ricardo. Pero él piensa que es lo mejor pa nuestra Mari. Mi Sofía no se fía tampoco de él. Yo quiero darle una oportunidad.
Ninguna de las dos son unas niñas. Ya son mujeres. Mari habla de casarse.
Y el Pablo está rondando a mi Sofía. Todo es una repetición. Ya lo ve.
sábado, 2 de mayo de 2015
HISTORIAS DE LA UNIÓN
Hola a todos.
En el fragmento de hoy correspondiente a este interesante proyecto, daré voz a la madre de Sofía.
Veamos qué nos cuenta.
Mi querida amiga doña Manuela:
Le confieso que estoy preocupada por usté. Hace mucho que no la veo. ¿Se encuentra bien? ¿Cómo está?
Una de las amigas de mi hija Sofía, la Elena, se ha metido a monja. Todavía no salimos de la sorpresa.
Usté es una mujer fuerte, señora Manuela. Confío en que se encuentre bien. Dígame dónde está e iré a verla.
No sé porqué no he ido a su casa. Espero que no esté enfadada conmigo. No me odie. Por favor...
¿Sabe que Juanito Valderrama va a venir a actuar? No es la primera vez que viene.
Lo hará dentro de unos días. Tengo entradas. Iré a verle. Por desgracia, iremos mi marido y yo porque las crías no vendrán con nosotros. Tienen sus propios planes. Crecen.
La vida pa mí no cambia.
Tengo que seguir ocupándome de la casa. No se para nunca.
Mi Mari me ayuda en tó lo que puede. Sofía nunca para quieta. Si no me está ayudando aquí, está trabajando. No me gusta que trabaje. ¡Angelico mío!
El otro día, me miré en el espejo y me di cuenta de que tengo canas. ¡Soy una vieja!
Me estoy haciendo vieja. Si le soy sincera, creo que nunca fui niña. Nací. Y creo que vine a este mundo siendo ya vieja. No sé lo que es ser una cría o lo que es ser una moza.
Mi Ricardo empezó a trabajar siendo mu crío. De pastor con el ganao...
Luego, se fue a la mina. Me dijo que allí ganaría muchos cuartos. ¡Qué equivocao está! Ahora, las cosas nos van un poquico mejor. ¡Pa qué me voy a quejar!
¿Sabe usté que es ahora el encargao? ¡No para de presumir de ello!
En el fragmento de hoy correspondiente a este interesante proyecto, daré voz a la madre de Sofía.
Veamos qué nos cuenta.
Mi querida amiga doña Manuela:
Le confieso que estoy preocupada por usté. Hace mucho que no la veo. ¿Se encuentra bien? ¿Cómo está?
Una de las amigas de mi hija Sofía, la Elena, se ha metido a monja. Todavía no salimos de la sorpresa.
Usté es una mujer fuerte, señora Manuela. Confío en que se encuentre bien. Dígame dónde está e iré a verla.
No sé porqué no he ido a su casa. Espero que no esté enfadada conmigo. No me odie. Por favor...
¿Sabe que Juanito Valderrama va a venir a actuar? No es la primera vez que viene.
Lo hará dentro de unos días. Tengo entradas. Iré a verle. Por desgracia, iremos mi marido y yo porque las crías no vendrán con nosotros. Tienen sus propios planes. Crecen.
La vida pa mí no cambia.
Tengo que seguir ocupándome de la casa. No se para nunca.
Mi Mari me ayuda en tó lo que puede. Sofía nunca para quieta. Si no me está ayudando aquí, está trabajando. No me gusta que trabaje. ¡Angelico mío!
El otro día, me miré en el espejo y me di cuenta de que tengo canas. ¡Soy una vieja!
Me estoy haciendo vieja. Si le soy sincera, creo que nunca fui niña. Nací. Y creo que vine a este mundo siendo ya vieja. No sé lo que es ser una cría o lo que es ser una moza.
Mi Ricardo empezó a trabajar siendo mu crío. De pastor con el ganao...
Luego, se fue a la mina. Me dijo que allí ganaría muchos cuartos. ¡Qué equivocao está! Ahora, las cosas nos van un poquico mejor. ¡Pa qué me voy a quejar!
¿Sabe usté que es ahora el encargao? ¡No para de presumir de ello!
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