Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi relato Amor en la isla.
Deseo de corazón que os guste.
Veamos lo que va a pasar hoy entre Diana y Marcos.
Estuvo lloviendo durante todo el día siguiente.
En lo más profundo de su ser, Diana lo
agradeció. De aquel modo, evitaba un nuevo encuentro con Marcos.
Trató de mantener distraída a Lorena
leyéndole una de las fábulas de Samaniego en voz alta.
La escena que presenció Diana relajó sus
alterados nervios. Su madre estaba sentada en el sofá tejiendo un chal para ella
de lana de color rosa. Su padre, mientras, estaba leyendo el periódico.
-¿Has
encendido tu pipa, padre?-quiso saber Lorena.
Podía percibir los olores que la rodeaban con más
intensidad que Diana o que doña María. Sin embargo, el anhelo secreto de Lorena
era poder ver a su padre fumando su pipa.
O ver el rostro de Diana. Le cogió la mano a su hermana.
-Te noto
algo pensativa-observó Lorena.
-No te
distraigas-la atajó Diana, algo inquieta-Te voy a contar lo que le ocurre al
perro que va bebiendo agua mientras corre por la orilla de un río. Hay un
cocodrilo. Y está al acecho.
Pero Diana sabía que era muy difícil engañar a Lorena. Su hermana
podía no ver su rostro.
En cambio, sí
percibía cuál era su verdadero estado de ánimo. Por aquel motivo, era imposible
engañar a Lorena. Pero sus padres estaban presentes en el salón. De modo que
optó por guardar silencio. Ya trataría de hablar con Lorena a solas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario