sábado, 10 de enero de 2015

HISTORIAS DE LA UNIÓN

Hola a todos.
Hoy, seguimos con nuestra serie de relatos que transcurren en esta maravillosa ciudad.
Veamos lo que le ocurre hoy a Sofía.

                                   Muchos mineros iban al bar Balsalobre a tomar algo. Lo hacían, sobre todo, a la salida del trabajo. Hombres que trabajaban en La Maquinista de Levante coqueteaban con Paz. O intentaban coquetear con Sofía.
                                Pero la chica no sabía coquetear y no entendía las indirectas que le lanzaban.
                                A Sofía le rugía el estómago. Paz y ella tenían sólo una hora de descanso. Casi siempre, coincidían en el mismo turno. Pero les disgustaba tener que trabajar de noche.
                                 El descanso duraba de las dos a las tres de la tarde, si entraban a trabajar para preparar comidas y servirlas.
                                Sofía se quedaba en el bar. Pedía una Tanica y un bocadillo de chorizo y se sentaba en una mesa a contar el dinero que había ganado en las propinas. O también se comía el bocadillo que le preparaba María.
-Deberías ir a tu casa a descansar-le sugería Paz.
-Vivo un poco retirado-decía Sofía-Mejor, me quedo aquí.
                              A menudo, se sentaba con ella a la mesa Paz. Almorzaban juntas. Eran buenas amigas desde hacía mucho tiempo. Paz se comía siempre un bocadillo de jamón serrano. Se bebía una Mirinda. De Limón...
-¡Odio a los chicos!-se quejó Paz en una de aquellas veces.
-¿Qué te ha pasao?-inquirió Sofía.
-¡Pues no va uno y me dice que me parezco a Marujita Díaz! ¡Por Dios! ¿La has visto? ¿Crees que me parezco a ella?
-Tú no te pareces en nada a Marujita Díaz, Paz, hija. Eres mucho más mona que ella. Quien te lo dijo es un imbécil.
-¡Menos mal!
-¿Sabes bailar flamenco?
                        Paz soltó una risa explosiva.
-¿Bailar?-se escandalizó-¡Por favor, Sofi! ¡No sé bailar! Voy a un guateque. Pinchan una canción de Los Brincos. ¡Me encanta ese grupo! ¡Y piso a mi pareja! ¡Por eso no tengo novio! ¿Quién querría estar conmigo? ¡Nadie!
-Yo sí quiero estar contigo-le aseguró la aludida-Siempre estás riendo. Me haces reír. Y necesito reírme. Por lo menos, me distraigo. Algo es algo.
-Eres un encanto, Sofi. Pero yo estoy hablando de un chico. A mí me gustaría casarme. Tener hijos. Fundar una familia.
-Es lo que se espera que hagamos. Ser como son nuestras madres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario