Hola a todos.
Seguimos con más fragmentos de los recuerdos de Sofía.
¡Vamos a ver qué pasa!
Café con leche...Tortilla de atún...Lomo a la plancha...Michirones...Café solo ... Chocolate...Galletas...Tapas variadas...
Pablo solía decirle que sería una perfecta ama de casa. Y la idea no le agradaba nada a Sofía.
Olía a comida. El bar Balsalobre siempre olía de la misma manera. A comida caliente... A comida recién hecha...A toda clase de comida...Era un olor agradable. A pesar de que se le impregnaba en el delantal. Pero era un olor que a Sofía le gustaba.
Se hacían tortillas. Se freía pescado. Se freía carne. María acabó pensando que aquel trabajo era una buena idea. Por lo menos, Sofía aprendió a cocinar.
El trabajo nunca escaseaba en el bar. De hecho, sobraba. Sofía estaba contenta. Trabajaba mucho. Y ganaba, a su vez, mucho dinero. ¿Qué más podía pedir? Nada...Lo tenía todo.
Por aquella época, Sofía tuvo que enfrentarse a un nuevo reto. Debía cumplir el Servicio Social.
La idea no terminaba de entusiasmarle. Sin embargo...
Era algo por lo que todas las chicas pasaban. Su hermana había hecho el Servicio Social. María decía que se pasaba en un suspiro. Por lo menos, pasaba un rato entretenida.
Paz también había hecho el Servicio Social. Decía lo mismo que decía María.
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